Empecemos por el principio. ¿Qué es el coltan? Pues es una mezcla de columbita y tantalita (dos minerales), de color gris metálico oscuro. De estos dos minerales se extrae el tantalio y el niobio, utilizados en la fabriación de diversos aparatos eléctricos, centrales atómicas, misiles, fibra óptica y otros, aunque la mayor parte de la producción se destina a la elaboración de teléfonos móviles.
El principal productor actual de coltan es la República Democrática del Congo, que cuenta con aproximadamente el 80 % de las reservas mundiales de este mineral. Por detrás están Brasil, con el 10 % de las reservas, Sierra Leona, con el 5 % y el resto del mundo, con otro 5 %. Ruanda y Uganda están exportando coltan robado del Congo a occidente.
Más de 10.000
mineros (muchos niños) en el Congo recolectan en condiciones infrahumanas (el método de extracción es arcaico y junto con el coltan aparecen otros minerales radiactivos como uranio y radio) arcilla rica en
coltan. Cada uno de ellos puede sacar en torno a un kg de coltan al día y gana entre 10 y 40 $ a la semana. Ese mismo kg cotiza después en el mercado internacional a 400 $.
Según Amnistía Internacional, los beneficios obtenidos de la explotación de este mineral han servido para financiar a varios bandos de la Segunda Guerra del Congo, un conflicto originado en parte por esta explotación que ya se ha cobrado unos 5 millones de muertos desde que comenzó en el año 1997. Además, hay casi 2 millones de desplazados y se estima que unos 7000 niños combaten como soldados. Por si fuera poco, y como siempre pasa en este tipo de guerrillas, unas 350 mujeres y niñas son brutalmente violadas cada mes.
Pero las personas no son las únicas afectadas. La explotación del coltan está provocando la destrucción del hábitat de los gorilas (y de otros primates como los chimpancés), que ya de por sí están bastante agobiados con otros problemas. Las enormes minas de coltan exigen deforestar grandes superficies de selva y la presencia de los furtivos y los guerrilleros que matan todo lo que pillan por banda no ayuda mucho.
Jane Goodall ya nos ha avisado varias veces de la problemática que entraña este mineral. Según su Instituto, en los países desarrollados solo se recicla el 5 % de los móviles y el resto se guardan o se tiran sencillamente a la basura. Jane ha afirmado que el reciclaje de los móviles (y la no compra masiva de estos) puede ayudar a reducir la extracción de coltan (se reduciría la demanda) y con ello el sufrimiento humano y animal que genera esta actividad.
El IJG ha sacado una campaña de recogida de móviles para su posterior reciclado que se llama Movilízate por la selva. Aquí tenéis toda la información. Pero como se que algunos "estáis muy liados" para andar con estas cosas os lo resumo y os lo vendo un poco.
Para enviar tu móvil solo tienes que hacer esto:
1. Descargar la etiqueta pre-franqueada aquí. Puedes imprimirla en blanco y negro, color o fotocopiarla. La rellenas con tus datos y la pegas a un sobre acolchado que llevará dentro los móviles.
2. Depositas el sobre en cualquier oficina de Correos y te lo envían sin ningún coste. 3. Y lo más chachi de todo. Envías un correo a info@movilizateporlaselva.org con tus datos personales para participar en el sorteo mensual de un apadrinamiento de un chimpancé del Congo. (Bases del concurso Chimp@amigos aquí)
Una pena que animales como estos y personas tengan que morir drásticamente para que nosotros podamos fardar de móvil nuevo... ¿Dónde leches anda la Sra. Justicia?
Me ha gustado mucho en tu entrada de hoy ver que, aunque está claro que los monos son lo primero, todavía te preocupan un poco las personas también :-)
ResponderEliminarYo veo un poco utópico que pasemos de reciclar el 2% al ..¿90% que haría falta para no explotar las minas? Además creo que, además de concienciar, tu plan no puede basarse solo en eso. Estas cosas tienen que estar legisladas, como todas las injusticias que pasan en África y Asia...Pero parece que los organismos internacionales solo se preocupan si hay petroleo o gas de por medio...
ResponderEliminarLas minas se tendrían que seguir explotando si o si, eso está claro, pero si la gente conociese más este tema se podría reducir mucho la demanda, con lo que serían necesarias menos minas y con ello menos personal y menos selva deforestada.
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