30 mayo 2012

¡Ya están aquí!

Al final estaba claro que iba a pasar. Antes o después llegarían. Y aquí están. Zombies.


El primer zombie que ha conocido el mundo es Rudy Eugene, de 31 años de edad, quien fue sorprendido desnudo el sábado por un viandante cuando se comía los ojos, los pómulos y la nariz de un indigente, en Miami, Florida. Un agente se aproximó y vio cómo el hombre desnudo estaba mordiéndole la cabeza al otro, según ha explicado un testigo presencial. El policía ordenó al atacante que se retirara, pero éste se dió la vuelta, gruñó y siguió atacando al otro individuo, por lo que el agente disparó: primero un disparo en la pierna y después, al ver que Rudy no se inmutaba, 5 disparos más hasta que le abatió. 

La explicación que le han dado a este intrigante hecho es que Rudy iba muy puesto de sales de baño (sí, sales de baño), una nueva droga que se lleva ahora por esos sitios y que vuele muy loca y violenta a la gente. Por lo visto, las sales de baño se consumen ingeridas o inhaladas y contienen anfetaminas, que causan deliriosy paranoia entre sus usuarios, así como temperaturas elevadas, aumento de la presión arterial y del ritmo cardíaco y una fuerza física extrema.

La noticia es seria, sobretodo teniendo en cuenta que el pobre hombre devorado está muy grave, pero uno no puede evitar pensar que esto se asemeja peligrosamente al principio de cualquier historia de zombies. Con la de libros de muertos vivientes que nos hemos leído entre mi hermana y yo creo que podremos sobrevivir, al menos un tiempo. Nos sabemos la teoría...
Habrá que ir comprando botellas de agua y latas de atún en el supermecado, por si las moscas.

Desde luego a mi me da muy mal rollo. ¿Qué haríais vosotros ante una invasión zombie?



Vive














27 mayo 2012

Ruta motera

La primera ruta motera no la pude documentar, pero para esta segunda entrega sí que cuento con alguna fotillo que otra. El sábado amaneció despejado y fresco, y a las 9:30 a.m. ya estaba Javi en mi puerta como un clavo, llenando de glamour el barrio con su Hyosung Aquila de 650 cc. Como ya se coger las curvas más que bien, esta vez tomamos una ruta más larga y complicada, que nos llevó a lo largo de unos 270 km desde Madrid a Segovia y de vuelta a Madrid, pasando por varios puntos.


Saliendo de Madrid por una carretera cuyo nombre no recuerdo, nos dirigimos hacia Colmenar Viejo, parando antes para repostar.

Parando a la ida para echar gasofa. Las tentaciones de llevármela mientras
Javi pagaba eran muy grandes.

Tras la parada técnica, continuamos pasando por San Agustín de Guadalix hasta Miraflores de la Sierra, desde donde tomamos el desvío hacia el Parque de la Cuenca Alta del Manzanares. Pese a que hacía sol y llevábamos chupas, subiendo el puerto el aire cortaba y comenzaba a hacer fresco. Los numerosos ciclistas (qué motivados) que nos encontramos hacían aún más emocionante la travesía al tener que esquivarlos para no atropellarlos.

Vistas desde un mirador en el Parque de la Cuenca Alta del Manzanares.

Bajamos hasta Rascafría y paramos en el Monasterio de El Paular, un sitio muy bonito donde dan comidas ricas y que se puede visitar por un módico precio que no pagamos. Vimos la parte gratuita y dimos un paseo por el Puente del Perdón, situado justo enfrente del monasterio, que cruza el río Lozoya.

Daba miedo dejarla desamparada y solita...

En el Puente del Perdón, sobre el río Lozoya.

Llegamos a la estación de Navacerrada (que para mi sorpresa estaba petada, quizá de gente que gusta de esquiar sobre el césped... ) y bajamos el puerto dirección San Ildefonso. Me inicié en el mundo de los moteros saludando a un par que nos cruzamos por el camino (los moteros se saludan haciendo una V con los dedos, por el lema suyo de "Vive" por eso de que tienen muchos accidentes y tal y porque ser motero mola). Fue muy divertido bajar el puerto porque las curvas eran muy cerradas, tanto que un par de veces rozamos la moto contra el suelo de lo que nos inclinábamos. Y yo en esos momentos pensaba que era increíble que no nos la pegásemos... Las maravillas de la física.
Aparcamos la moto y entramos en la Granja de San Ildefonso, que ahora en verano está muy verde y bonita. Gracias a Dios no había mucha gente y pudimos dar un agradable paseo mientras introducía un poco a Javi en el mundo de los pajaritos y las plantas (se quedó prendado de los patos y de las inmensas secuoyas).

Javi ama a los árboles

Los dos moteros en La Granja de San Ildefonso.

Las ranitas estaban dándolo todo por amor y se dejaban ver y oír muchísimo.

Se nos iba echando la hora encima, así que iniciamos el camino hacia nuestro destino final: Segovia. No lo recordaba tan bonito... De no ser por nuestras carencias económicas y nuestras responsabilidades parejiles/familiares podríamos haber comido allí (pero NO cochinillo), porque la ocasión bien lo merecía.

El castillo de Segovia, rollo Exin Castillos.

Pudimos ver muchas motos cholonas, la que más esta:
una Benelli Café Racer (fuente: Javi).

Tras una buena vuelta por el centro histórico en la que estuvimos todo el rato salivando por el olor a comida rica, pusimos rumbo a casa muertos de hambre. De vuelta pasamos por Los Ángeles de San Rafael (un sitio muy posh) y el hospital de Silent Hill (en próximas entregas) y realizamos una última parada destinada a hacernos unas cuantas fotos "artísticas" con la moto (que colgaré en la siguiente entrada).

Llegamos a Madrid a eso de las casi 5 de la tarde, yo con el culo carpeta de apretarlo contra el asiento yendo a tope por la autopista. Viajar en moto es otro rollo, sobretodo cuando vas por carreteras de montaña. Sientes el aire, la temperatura, hueles el viento, ves los pájaros cruzarte por encima... ¡y yendo en una moto como la de Javi ganas + 10 puntos de cholación!

26 mayo 2012

Rain makes everything better

Hoy hago un poco de publicidad de una página que he descubierto, muy sencilla pero de gran utilidad, al menos para mí: Rainy Mood. Básicamente se trata de una reproducción continua del sonido de una tormenta que puedes escuchar a varias intensidades. Además, cada día te recomiendan una canción nueva para escuchar mientras oyes llover. Tranquilidad e inspiración, pero también melancolía y nostalgia. Un gustazo para aquellos a los que nos gusta la lluvia y no siempre podemos disfrutar de ella.

God is in the rain.

06 mayo 2012

03 mayo 2012

Argot villablinense (I)

A continuación unos cuantos palabros típicos de mi pueblín muy interesantes y útiles que he aprendido últimamente y espero incorporar a mi argot, ya que no tienen desperdicio.
Por cortesía de Bruno.

- A tope de power: de buen rollo, con energía.
- Aperrillar: cortejar.
- Bajar una chaqueta: cuando alguien te está dando la vara y es muy pesado. Ej.: Menuda chaqueta te está bajando este paisano.
- Bajarse al pilón: practicar sexo oral.
- Calzar: atropellar con un vehículo motorizado.
- Cascar: morir.
- Castrón: fémina con sobrepeso.
- Chancleta: chancla.
- Chavolo: casa pequeña.
- Cinto: cinturón.
- Cochera: espacio destinado a guardar el coche.
- ¡Cómo casca!: que llueve mucho.
- Cotón: pelo afro, con mucho volumen.
- Dar un bacalao: sufrir un jamacuco.
- Dar un peinao/peine: dar una vuelta por ahí.
- Estar al calecho: hablar tranquilamente con los amigos de buen rollo. 
- Estar apijotado: estar distraído/con la vela.
- Estar de for you: estar sin hacer nada, de tranquis con uno mismo.
- Estar de telares: estar muy liado.
- Estar on fire: estar en racha.
- ¡Estás como el ganao!: estar mal de la cabeza.
- ¡Figurín!: posturitas.
- Filbanar: copular.
- Galfarros: uñas largas.
- Garrapiñar: robar.
- ¡Jabali! ¡Mastín!: saludos cariñosos utilizados entre el género masculino.
- Llantazo: llevar calecetines blancos con zapato negro u oscuro.
- ¡Oh!: onomatopeya utilizada para enfatizar una frase. Ej.: ¿Qué tal te va, oh?
- Paisano/a: hombre/mujer de pueblo.
- Pasar por bajo: copular.
- Peinadera: vuelta, recorrido.
- Playero: zapatilla de deporte.
- Pelazo: pelo largo, arregladito. Sólo aplicable al género masculino.
- Recebar: meter apretadamente las sábanas por debajo de uno mismo o por debajo del colchón.
- Reducto: borracho, persona de mal vivir.
- Resquemor: el tenue sentimiento que queda después de una relación amorosa hacia otra persona.
- Tener un cachabazo: dícese de la tia que está muy buena.
- Tener una vela: estar distraído.
- Tomarse unos cacharros: tomarse unos cubatas.
- Tomar unos cortibiris: tomar unos cortos.
- Trastabillar: tropezar patosamente.
- Tsigre: tasca, bar.
- ¡Vaya telar!: vaya lío. 
- Zamarra: abrigo.

Peluchón


Gracias por este magnífico fin de semana, ¡peluchón!