23 noviembre 2012

Platín

Hace un tiempo, mientras estaba en el baño, encontré un bichito muy pequeño correteando nerviosamente por ahí. Tan inofensivo y diminuto como era (apenas mediría unos 4 milímetros) le dejé vivir e instalarse en lo que de ahí en adelante sería su hogar (¿o más bien me instalé yo en el suyo?). Supe que se trataba de un pececillo de plata, un insecto tisanuro típico de las zonas húmedas de las casas. Lo llamé, por tanto, Platín.

Pasaron las semanas, hasta que un buen día me volví a encontrar a mi nuevo roomie recorriendo la inmensidad del suelo del baño, de aquí para allá. Estaba crecido y ya no era un bebé. Había llegado a la adolescencia, por lo menos. Mientras lo sujetaba en mis manos (no sin cierta dificultad, es muy rápido), pensé en la vida de aquel animalillo, recluido en un baño de una casa de una ciudad, alimentándose de restos en soledad. Le devolví la libertad, casi sin esperanza de volverle a ver, dado el régimen estricto de limpieza consistente en barridos y fregados periódicos que tenemos en esta casa. 

Pero hace un momento, cuando entré en el excusado y miré hacia la papelera... ¡Allí estaba Platín! Para mi sorpresa más grande que nunca, hecho todo un hombre (o casi). Supongo que tendrá su guarida en alguno de los huecos que hay por detrás del lavabo y/o el vidé, a donde no llegan ni nuestro cepillo ni nuestra fregona. Dada su fuerte fototaxia (huye de la luz, lo cual es algo que me enternece, no sé por qué), es normal que en todo este tiempo le haya visto solo tres veces. Espero que me siga animando mis largas jornadas de reflexión bañiles durante lo que le permita su artropodiana vida (y mi compañera de piso, ¬¬). 

Más información sobre Platín aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Lepisma_saccharina.

3 comentarios:

  1. Resulta muy enternecedor también que le pongas nombre, pero . . . seguro que hay más de uno : -p

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  2. Nooo, no digas eso. Uno hace gracia, más de uno... Me intriga.

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