- Pisar las hojas secas de los árboles y oírlas crujir bajo mis pies. También lanzarlas al aire mientras camino.
- Ir al campo a ver (que no a coger, porque me da profunda pena) setas.
- Admirar la cantidad de colores que lucen las hojas de los árboles.
- Meterme en un cúmulo de hojas secas arremolinadas y ver hasta dónde me cubre.
- Acurrucarme en mi cama con una buena mantita, pensando en el frío que debe de hacer fuera.
- Respirar profundamente por mi ventana el olor a tierra mojada después de la lluvia.
- Sacar mi bufanda preferida del armario y ponérmela sabiendo que con ella no pasaré frío.
- Estar en la calle, entrar a un local y pedirme un Cola Cao o un té calentito con el que calentarme los ateridos dedos.
- El silencio (el Otoño es la estación más silenciosa).
- Sentir cómo el frío me despeja la cara y la mente cuando salgo de casa por la mañana.
- Ver y oír llover.
- Levantarme con frío por las mañanas y darme una buena ducha de agua calentita.
- La niebla.
- Mi bata de estar por casa.
- El olor a castañas asadas (aunque me gustan sin asar).
Y muchas cosas más que no recuerdo.
Otoño en La Granja de San Ildefonso. |
Tenemos castañas :-) Las trajo mi madre hace dos semanas; si los gusanos han dejado alguna todavía podremos comérnoslas... Son de la aldea, por si lo dudabas :-p
ResponderEliminarMe gusta mucho la entrada y la foto, y comparto casi todos tus gustos del otoño (odio las batas de andar por casa).
ResponderEliminarPero te has dejado lo mejor del otoño: si no existiese, las hojas no tendrían con quién jugar, si no existiese ni siquiera encontrarían el momento de saltar de sus árboles, si no existiese apenas te llegaría el olor a tierra, y la lluvia caería recta y aburrida.
Y lo tienes para leerlo encima de tu mesita..